Incorpora
una costumbre saludable cada mes y terminarás
el año que ahora comienza mucho mejor que
el anterior.
Para mantener a raya los desórdenes
del cuerpo y los malestares de la mente basta
con practicar una actividad física regular,
seguir un estilo de vida saludable, depurar el
organismo, elevar el tono anímico y aumentar
la vitalidad.
Caminar a diario. Calmar la mente y las emociones.
Disfrutar de un sueño de calidad. Dedicar
tiempo al ocio. Abrazar los entornos naturales.
Afrontar el día con una sonrisa. Llenarse
de oxígeno. Eliminar las toxinas del cuerpo.
Mantenerse activo en todas las situaciones. Darle
retoques a la vida.
A veces las actividades más
sencillas pueden proporcionar grandes beneficios
para el bienestar físico, emocional y psicológico,
señalan los expertos. Las mejorías
son notables desde el primer momento, de acuerdo
con numerosos estudios que confirman las consecuencias
de abandonar los malos hábitos y cultivar
un estilo de vida más saludable.
Cambiar "de la noche a la
mañana" es imposible y supone un esfuerzo
tan grande que tienen un efecto disuasorio, pero
hacerlo poco a poco no sólo resulta eficaz
sino también placentero. Aplica una "táctica
de bienestar" cada mes, de forma consciente,
hasta que se convierta en un hábito y disfrutes
sus beneficios. Al mes siguiente agrega otra.
ENERO:
Elije el optimismo. El pensamiento positivo
beneficia la salud, el éxito en el trabajo
y la esperanza de vida. Identifica tus pensamientos
negativos o reacciones automáticas ante
las adversidades o retos, y sustitúyelos
por otros más realistas: cuando te sorprendas
diciéndote "no saldrá bien"
reemplaza la idea por "haré todo lo
posible para que funcione".
FEBRERO:
Aprende a descansar. Dormir de 7 a 8 horas todas
las noches contrarresta el estrés, la ansiedad
y el agotamiento. Para que tu cuerpo disponga
de energía al día siguiente, acuéstate
una hora antes de lo habitual y relájate
con actividades tranquilas como la lectura, la
meditación o los estiramientos. Evita consumir
cafeína, tabaco o alcohol antes de acostarte.
MARZO:
Cultiva la calma. Tiéndete boca arriba,
con los brazos a lo largo del cuerpo. Cierra los
ojos y respira hondo. Relaja los pies, concentrando
tu mente en ellos. Ve sintiendo todo tu cuerpo,
parte por parte, desde tu región inferior
y recorriendo tu torso y extremidades, hasta llegar
a la cabeza y el cuero cabelludo. Cuando te sientas
relajado/a, permanece 5 minutos así.
ABRIL:
Higiene emocional. Busca momentos de reposo, silencio
y soledad para reflexionar sobre tus sentimientos
y conectar con tus necesidades, problemas y recursos.
Busca estímulos: aficiones, deportes. Regálate
un día lejos de tu rutina para dedicarte
a actividades que te gratifiquen.
MAYO:
¡Rompe la rutina! Renovar la decoración
de la casa u oficina, cambiando la ubicación
de cuadros, objetos y muebles renueva tu forma
de ver y sentir las cosas y te estimula. Conocer
otros lugares, comprar ropa y cambiar de imagen
son cambios benéficos
JUNIO:
Gimnasia en el supermercado. Aprovecha las compras
para mejorar tu físico. ¡Nada de
coche!: acude al mercado más cercano a
tu casa al paso más rápido posible,
y utiliza las escaleras en vez del ascensor.
De vuelta a casa, lleva la compra en bolsas, equilibrando
el peso en dos partes iguales, una en cada mano,
balanceando los brazos hacia delante y atrás,
sin que toquen tu cuerpo.
JULIO:
Hora de depurarse. Para que tu cuerpo elimine
sus desechos, combate el estreñimiento
con una dieta rica en fibra y evacúa a
diario. Beber tres litros diarios de agua facilita
la eliminación a través de los riñones,
mediante la orina. Mantén una buena higiene
de la piel, con fricciones y cepillados al ducharte,
para eliminar toxinas a través del tejido
epidérmico.
AGOSTO:
Abrazando a la Madre Tierra. El contacto con el
aire libre, el sol, el agua y la tierra no solo
estimula el ánimo, la oxigenación
y la eliminación de toxinas, sino que también
puede mejorar tu forma física.
Dar largas caminatas por la playa, subir laderas
o pendientes de montañas, recoger piedras
u objetos naturales son ejercicios eficaces para
endurecer y tonificar los músculos.
SEPTIEMBRE:
Alimenta tus pulmones. La respiración aporta
el oxígeno necesario para que tus células
vivan y se regeneren. Para revitalizarse y desintoxicar
el cuerpo, se aconseja hacer 3 veces al día
respiraciones nasales y profundas.
OCTUBRE:
Regálete una buena dosis de risa. La risa
reduce el estrés y beneficia la salud.
Descubre el estilo de comedia, actor o humorista
que más le divierte, consigue sus cintas
de vídeo y míralas a menudo. Si
algunos amigos o familiares te hacen reír,
busca ocasiones para estar con ellos. Escribe
las cosas divertidas que te suceden, chistes o
situaciones divertidas y leelas a menudo.
NOVIEMBRE:
En forma, en el trabajo. Ejercítate durante
tu jornada laboral. Para mejorar tus brazos y
hombros, siéntate ante el escritorio con
la espalda apoyada y recta, estira los brazos
por encima de la cabeza, entrelaza las manos e
intenta llegar con ellas lo más alto posible.
Mantén el estiramiento 10-20 segundos,
y repítelo 10 veces.
DICIEMBRE:
Vigila a tus enemigos y alarmas. Evita los 'saboteadores'
del organismo: grasas saturadas, sobrepeso, alcohol,
tabaco y sedentarismo, que favorecen los trastornos
cardiovasculares y el cáncer. Acude al
médico ante síntomas anormales,
como fiebre, dolor, sangrado, falta de apetito,
irregularidades intestinales, o bultos o cambios
en la piel. Cuanto antes descubras su origen,
mejor.
(Fuente:
Ricardo Goncebat )
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