Tras el relax veraniego, el comienzo
del Otoño es el momento perfecto para abandonar
viejos vicios y adoptar unos hábitos de
vida saludables que te ayudarán a sentirte
mejor. Come sano y equilibrado, practica ejercicio
físico todos los días, cuida el
medio ambiente y convierte este otoño en
el inicio de una vida más sana. Sigue estos
consejos y convierte este otoño en la estación
más sana del año:
1. Come Sano
Ante los cambios de estación es muy
importante cuidar lo que comemos para fortalecer
nuestro sistema inmunológico y potenciar
así las defensas del organismo. Una alimentación
sana y equilibrada, basada en productos ricos
en vitaminas y minerales, es fundamental para
tener una buena salud y prevenir las gripes y
catarros que suelen hacer su aparición
con los primeros fríos del otoño.
¿Por qué no aprovechar este momento
para regresar a los patrones de la dieta mediterránea?
Los expertos en nutrición aseguran que
constituye un factor de protección para
nuestro cuerpo gracias a su riqueza en nutrientes,
vitaminas, sustancias antioxidantes y los beneficios
saludables del aceite de oliva que riega tantos
y tantos platos de nuestra gastronomía
tradicional.
Comienza el día con un desayuno completo
que te aporte la energía necesaria para
afrontar la jornada lleno de vitalidad. Frente
a las comidas ligeras que nos ayudaban a combatir
el calor del verano, con la llegada del otoño
el organismo requiere de un mayor aporte de calorías.
Septiembre es tiempo de legumbres, patatas, setas
y frutos secos, sin olvidarnos de la fruta y verdura
fresca (pera, manzana, cítricos, berenjena,
coliflor), del pescado (bonito, atún, sardina,
lubina, rodaballo...) y de la carne (codorniz,
pato, jabalí, conejo, etc.). Llena tus
menús otoñales con alimentos de
temporada en su estado natural; además
de ser los más saludables conservan
intactas todas sus propiedades nutritivas,
suelen ser también los más económicos
y los que menos perjudican el medio ambiente.
2. Practica ejercicio físico
El sedentarismo es uno de los principales males
que aquejan a las sociedades modernas. Llevar
una vida activa, en la que la práctica
regular de ejercicio físico juegue un papel
protagonista, ayuda a prevenir la obesidad y las
enfermedades derivadas del exceso de peso (diabetes,
hipertensión, problemas cardiovasculares,
etc.). Además, las personas que hacen deporte
de forma habitual suelen tener hábitos
de vida más saludables.
Si durante las vacaciones has comenzado a practicar
alguna modalidad deportiva, aprovecha para continuar
con esta sana costumbre durante el resto del año.
Organiza tu agenda y dedica al menos cuarenta
y cinco minutos de tu tiempo diario al ejercicio
físico. Si, por el contrario, empiezas
de cero, es recomendable que acudas primero al
médico para realizar un chequeo general.
La práctica deportiva debe ser individualizada
y estar adaptada a la edad y condiciones físicas
del practicante. Consulta con un especialista;
él, mejor que nadie, te aconsejará
sobre las modalidades que mejor se ajustan a tus
necesidades.
Los expertos aconsejan la práctica de ejercicios
de tipo aeróbico, que son aquellos que
ponen en funcionamiento grandes grupos musculares
(natación, montar en bicicleta o correr).
Es esencial que elijas actividades con las que
disfrutes. Unir placer y salud es la manera más
efectiva de convertir la práctica de ejercicio
físico en un hábito diario. Pasear
por los parques, ir andando al trabajo o utilizar
las escaleras en lugar del ascensor también
son formas de hacer ejercicio. En otoño,
los árboles mudan sus hojas y la naturaleza
nos regala un precioso espectáculo de vivos
colores. Aprovecha los fines de semana para salir
de la ciudad y disfrutar de actividades al aire
libre en compañía de los tuyos.
3. Abandona el tabaco
En España, alrededor de un 30% de la
población adulta consume tabaco de forma
habitual. Las cifras son especialmente preocupantes
en el caso de los adolescentes, sobre todo entre
las féminas: el 31% de las chicas de entre
15 y 18 años fuma habitualmente, frente
a un 23% de los chicos. Todos sabemos que el tabaquismo
es uno de los principales factores de riesgo para
padecer enfermedades cardiovasculares y distintos
tipos de cáncer. Otros efectos secundarios
son menos conocidos: caída del cabello,
envejecimiento prematuro, deterioro de la dentadura
y deformación de los espermatozoides, entre
otros. Motivos más que suficientes para
abandonar un hábito insalubre que causa
más de 45.000 muertes al año en
España, informa la Fundación Española
del Corazón.
Dejar el tabaco sólo acarrea ventajas:
- El riesgo de infarto de miocardio
se reduce a la mitad en el transcurso de uno
o dos años y se iguala al de un no fumador
al cabo de diez años.
- El riesgo de cáncer
de pulmón también se reducirá
hasta llegar al del no fumador en 15 años.
- Los pulmones se limpian, disminuye
el jadeo y la tos, mejora la capacidad pulmonar
y la circulación sanguínea.
- Disminuye el riesgo de contraer
catarros.
- Mejora el sentido del gusto
y el olfato, por lo que disfrutarás más
de los placeres de la cocina y del aire libre.
- Piensa en el dinero que ahorrarás.
¿Cuánto has gastado en tabaco
en el último año?
- Dejar de fumar es un gran
logro personal. Te sentirás satisfecho
contigo mismo y ganarás en libertad al
no depender de este nefasto vicio.
- No sólo mejora tu salud,
también la de quienes te rodean. Según
un estudio realizado en 2004 por el Instituto
Catalán de Oncología, más
del 60% de los españoles se expone involuntariamente
al humo del tabaco. El tabaquismo pasivo aumenta
entre el 20 y el 30% el riesgo de desarrollar
un cáncer de pulmón y es dos veces
más dañino que la polución
ambiental.
Cada vez hay más
gente que consigue abandonar el tabaco. ¿Por
qué no vas a ser tú uno de ellos?
Si necesitas ayuda, acude a tu médico de
cabecera o infórmate en las Unidades Especiales
de Tabaquismo que ya funcionan en muchos hospitales
públicos del país.
4. Protege el medio ambiente
En nuestra vida diaria podemos adoptar pequeños
gestos que contribuyen a proteger el medio ambiente:
- Raciona el consumo de
agua, gas y electricidad: dúchate en
vez de bañarte, cierra bien los grifos,
usa la lavadora y el lavavajillas con su capacidad
de carga al máximo, apaga la luz cuando
salgas de una habitación, utiliza electrodomésticos
energéticamente eficientes y bombillas
de bajo consumo; evita los escapes de aire en
tu vivienda y ahorrarás en calefacción
este invierno; haz uso de la luz natural siempre
que puedas, ¡es gratis!
- Recicla: en casa, separa en
diferentes contenedores la basura orgánica,
el vidrio, el plástico y el papel. No
tires por el fregadero el aceite usado para
cocinar. Guárdalo en un recipiente y
deposítalo en un punto limpio
para su posterior reciclaje.
- Cuando vayas al campo respeta
la fauna y la flora, recoge la basura que generes
y evita encender fuego.
5. Adiós al estrés
Hay quien apunta al estrés como el
principal enemigo del hombre moderno. En una sociedad
caracterizada por las prisas y las responsabilidades
familiares y laborales, tan importante es cuidar
nuestro cuerpo como nuestra mente. El estrés,
fruto de una situación de tensión
crónica, disminuye nuestro rendimiento
y calidad de vida. En las situaciones de estrés,
tendemos a aumentar el consumo de medicamentos
y productos excitantes (café, tabaco...)
que lo único que hacen es agravar más
el problema. Por eso es necesario que cada persona
encuentre el momento y las técnicas necesarias
para combatir los agobios provocados por nuestra
actividad diaria.
Al finalizar tu jornada laboral,
dedica un rato de tu tiempo a pensar sobre las
situaciones que te generan estrés a lo
largo del día. Relativiza las cosas e intenta
ver siempre el lado positivo. Algunas formas eficaces
de decir adiós al estrés son:
- Técnicas de relajación:
existen muchas (progresiva, pasiva, autógena...).
Consulta primero con un especialista para que
determine qué técnica se ajusta
mejor a tu caso.
- Disciplinas orientales: yoga,
tai-chi, shiatsu, entre otras, buscan la armonía
entre cuerpo y mente mediante una serie de posturas
y ejercicios que favorecen la meditación.
- Ejercicio físico: nos
ayuda a disipar las preocupaciones y mejora
nuestro estado anímico, ya que su práctica
libera en nuestro cerebro sustancias como las
endorfinas, que alivian el dolor y producen
euforia, aumentando la sensación de bienestar.
Pasear por el parque o hacer una escapada al
campo son otras buenas opciones para disipar
el estrés.
(Fuente:
Fundación Eroski )
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