Continuando con el tema comenzado
en el anterior boletín en torno a la estabilización
del núcleo o centro de energía (también
denominado "Power House" o "Mansión
del Poder"), siendo éste el área
constituída por la zona abdominal, lumbar,
glúteos y caderas, os presento en este
artículo las claves para conseguir una
buena colocación de vuestra caja torácica
a fin de poder maximizar los resultados de vuestra
práctica del Método.
Como vimos en el capítulo anterior, la
estabilización del núcleo o centro
de energía es el punto básico todo
el sistema de ejercicios de Pilates y la clave
para conseguir beneficiarse de los resultados
del Método.
A fin de conseguir estabilizar el centro de
energía y mantener la posición neutral
de la columna vertebral, es esencial la colocación
adecuada de la caja torácica (junto
con la correcta estabilización de la pelvis,
de la cintura escapular y de la cabeza y cervicales).
La técnica de respiración utilizada
en el Método es la respiración torácica,
difragmática o intercostal, mediante la
cual se utilizan los músculos del tórax
y la espalda para ampliar la caja torácica
lateralmente permitiendo así que los pulmones
se expandan sin necesidad de expandir el abdomen.
Por naturaleza, cuando inspiramos, la caja torácica
tiende a moverse hacia el frente y hacia arriba
(si estamos tumbados) y hacia abajo (estando sentados).
Por ello, para evitar que este movimiento natural
de la caja torácica contribuya a la pérdida
de la alineación y estabilización
correcta del centro o núcleo y, dado que
la pared abdominal se encuentra unida a las costillas
bajas, es necesario mantener los abdominales contraídos
ligeramente durante la inspiración para
así poder mantener la estabilidad torácica.
Por ello es importante no relajar la musculatura
abdominal mientras se inspira ya que, de lo contrario,
se produciría un desequilibrio de la caja
torácica, lo que contribuiría a
perder la estabilidad torácica y pélvica
y, por tanto, la posición neutral.
En el caso de la exhalación, la caja torácica
suele tender a cerrarse por lo que, utilizando
la técnica de respiración de Pilates
y manteniendo un buen control abdominal, podremos
conseguir una buena estabilidad torácica
al permitir que nuestras costillas se "muevan
hacia dentro" con cada exhalación
imaginando que existe un hilo conector entre la
pelvis, el ombligo y nuestras costillas.
Si nos encontramos en la posición básica
de Pilates, tumbados hacia arriba, la posición
correcta de la caja torácica será
aquella que nos permita sentir el peso de nuestras
costillas descansando suavemente sobre la colchoneta,
sin levantarlas ni presionar su parte posterior
sobre el suelo. Además, en el caso
de que tengamos nuestras piernas elevadas en el
aire, el control de la musculatura abdominal nos
ayudará, además de a estabilizar
nuestra pelvis, a conseguir mantener nuestra caja
torácica estabilizada cuando realicemos
algún movimiento de los brazos.
A continuación te presento un sencillo
ejercicio que te ayudará a percibir la
correcta colocación y estabilización
de tu caja torácica:
Para comenzar el ejercicio acomódate tumbado
hacia arriba (posición supina) con la espalda
apoyada sobre la colchoneta y la columna neutral
manteniendo sus curvaturas naturales. Coloca tus
rodillas flexionadas y tus pies paralelos y apoyados
en la colchoneta manteniendo las piernas separadas
a igual anchura que las caderas. Los brazos descansan
extendidos a los lados de tu cuerpo con las palmas
de las manos apoyadas sobre la colchoneta.
Una vez en esta posición, inhala y, mientras
lo haces, eleva tus brazos hacia el techo como
si intentaras tocarlo con los dedos de tus manos.
Una vez tengas tus brazos en posición vertical
a la altura de tus hombros, exhala y dirige tus
brazos hacia atrás hasta una distancia
donde puedas mantener la conexión y contracción
abdominal y donde la parte baja de tu caja torácica
y espalda pueda seguir en contacto con la colchoneta.
Desde allí dirige tus brazos hacia el techo
inhalando y al exhalar bájalos lentamente
hasta apoyarlos sobre la colchoneta a los lados
de tu cuerpo. Durante los movimientos mantén
tu caja torácica totalmente estable y tu
abdomen controlado evitando que se dilate.
(Autora:
Ana Santos, Profesora titulada en el Método
Pilates - ©2005)
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