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4- Recuperarse tras las fiestas navideñas

Cada primero de año, especialmente después de los excesos de las fiestas navideñas, fin de año, Año Nuevo y Reyes, casi todos hacemos propósitos de enmienda y nos planteamos perder peso de inmediato. Un propósito que no debiera quedarse en proyecto porque según recientes estudios más del 30% de la gente tiene problemas de obesidad y más de la tercera parte presentan sobrepeso. Pero tan importante como perder peso es desintoxicar nuestro organismo al que, en estas fechas, sometemos a más de un peligroso exceso.

En general comemos mal y nos movemos mucho menos de lo que nos haría falta. Y este es un problema que las sociedades ricas pagan con el aumento de las enfermedades cardiovasculares, auténtica plaga de nuestros tiempos. Por eso es bueno plantearnos de manera seria esos vagos propósitos que generalmente nos formulamos siempre tras los excesos navideños. Porque se trata de fechas en las que generalmente las comidas son abundantes y se abusa de los embutidos, los entrantes grasos, la carne, las salsas, el pescado graso, los fritos, el jamón, el queso, los frutos secos, los dulces, los pasteles, las tartas, los bombones, los mazapanes, las tortas, las peladillas, los turrones, las confituras y los helados - entre otros muchos productos propios de esas fechas como los roscones de reyes- sin olvidar el vino, la cerveza, los refrescos azucarados con gas y todo tipo de bebidas alcohólicas. A lo que hay que añadir el exceso de marisco en muchas mesas así como el de café y té bien cargados para aguantar las noches de juerga.

Consecuencia de todo lo cual suele ser la ingesta excesiva de grasa, azúcar, alcohol y todo tipo de excitantes... con el riesgo evidente de acumular en el organismo toxinas, colesterol y ácido úrico, elementos que pueden agravar o dar lugar a problemas de sobrepeso, obesidad, aterosclerosis, problemas cardiovasculares, diabetes, gota, etc.

En este sentido, una buena medida preventiva sería ingerir con las comidas alimentos saciantes o que impidan la absorción de las grasas. Por ejemplo, el conocido absorbitol, mezcla de chitosan y vitamina C.
Y eso que el equilibrio orgánico se consigue de una manera muy simple: comiendo menos y moviéndose más. Claro que, como suele ser difícil plantearse cambios de hábitos bruscos, bien está empezar por una cura de desintoxicación para, después, plantearse un sistema de adelgazamiento. Y, por supuesto, hacer un hueco para caminar al menos una hora todos los días.

Algunas sugerencias para desintoxicar tu organismo son:

LA CURA CON SIROPE DE SAVIA Y LIMÓN:
La llamada cura con sirope de savia y limón no constituye una forma de alimentación por lo que no debe seguirse más que durante un pequeño periodo que, como norma, debe estar entre los siete y los diez días. Tiempo más que suficiente, en general, para desintoxicarse y eliminar buena parte de los depósitos de grasa acumulados en el cuerpo.

¿En qué consiste? Es sencillo: se trata de ingerir exclusivamente durante ese tiempo -7 o 10 días- un preparado elaborado a base de sirope de savia y palma mezclado con zumo de limón y agua al que se añade un poco de canela y una pizca de cayena picante. Mezcla que será nuestro único alimento durante esos días si bien podemos tomar, paralelamente, algunas infusiones.

La ventaja que tiene este sistema de desintoxicación es que quita la sensación subjetiva de hambre y que, en el tiempo de la cura, se pierde peso, incluso hasta 5 o 6 kgs. Y lo más importante: no sólo no se sentirá cansado sino que comprobará que tiene más energía. Incluso se sentirá más ligero y dormirá mejor.
La razón es simple: la mezcla contiene la mayor parte de las vitaminas, minerales (potasio, sodio, calcio, magnesio, zinc, manganeso y hierro), enzimas y demás oligoelementos que el organismo necesita.

La grasa, obviamente, la sacará de los depósitos acumulados en el cuerpo, quemándolos. Y en cuanto a los hidratos de carbono del sirope de savia -fructosa y glucosa- son naturales porque no contiene azúcar artificial alguno. Por otra parte, el limón -también importante fuente de minerales y vitaminas, especialmente de la C- es un antioxidante natural que ayuda en la eliminación de los depósitos grasos y mejora la actividad del metabolismo. Además de ser un buen diurético. En cuanto a la cayena, además de contrarrestar el fuerte sabor dulzón del sirope de savia es una buena fuente de vitaminas del complejo B, disuelve flemas y regenera la sangre.

Para preparar esta cura de sirope de salvia y limón utilice una botella de litro y medio o dos de vidrio o plástico. Tras lavar bien su interior, use un embudo y vierta en ella el contenido de 14 cucharadas soperas grandes de sirope de savia de arce y palma. A continuación exprima cuatro limones grandes y eche el zumo en la botella. Después añada una pizca de cayena picante molida (la puntita de una cucharadita de café). Para terminar, y a fin de darle un toque de sabor, puede añadir media cucharadita de café de canela en polvo. Rellene después el resto de la botella de agua y agite fuertemente la mezcla. Tendrá así preparada su "comida" para todo el día.

LA CURA DEL DOCTOR ANEMULLER:
La cura de desintoxicación del doctor alemán Anemueller es otro buen método de limpieza del organismo.
Consiste en una dieta baja en calorías que se combina con un cóctel de plantas medicinales de efecto depurativo y estimulante de los procesos metabólicos del organismo. Para hacer esta cura -que debe durar 12 días- basta con tomar menos de 1.000 kilocalorías diarias e ingerir al menos dos litros de líquido al día (en forma de agua o de infusiones no azucaradas).

A esto hay que añadir la ingesta -con el desayuno y la cena- de un cóctel de los siguientes zumos:

  • Zumo de alcachofa:
    Este jugo estimula la función de los órganos de la digestión, aumenta la producción de bilis y mejora el metabolismo de la colesterina y de las grasas reduciendo los niveles de triglicéridos y de colesterol "malo". También tiene efectos favorables en perturbaciones como flatulencia, náuseas, mareos, jaqueca, diarrea y estreñimiento.

  • Zumo de ortiga:
    Estimula la diuresis y la eliminación de las impurezas, depura la sangre y aumenta el matabolismo basal.

  • Zumo de patata:
    Contribuye a desacidificar el organismo.
  • Zumo de tomate con pectina de manzana:
    Además de neutralizar los ácidos esta mezcla actúa como material de arrastre limpiando el tracto intestinal. Asimismo, aporta vitaminas y minerales a la dieta.

  • Té de rooibos:
    Posee un alto contenido en hierro, es un magnífico neutralizador de los radicales libres y tiene excelentes propiedades vasculares, cutáneas y antialérgicas.

LO MEJOR PARA EQUILIBRAR TU DIETA
Lamentableblemente, lo habitual es que, una vez desintoxicado el organismo, se vuelva los viejos hábitos de comida. sin embargo, la bollería, la comida rápida y la alimentación a base de bocadillos, hamburguesas o pizzas junto al sedentarismo puede llevarnos rápidamente de nuevo a la situación de sobrepeso y aún de auténtica obesidad. Por ello ahora es el momento oportuno para poder mejorar tu salud mediante la introducción de pequeños cambios en tu estilo de vida y nutrición. Adoptar buenos hábitos alimenticios no sólo ayuda a prevenir el sobrepeso sino que también contribuye a prevenir o mejorar enfermedades del corazón, diabetes, algunos tipos de cáncer, y la alta presión de la sangre.

Para llevar una dieta saludable es necesario que abandones la comida rápida y que aumentes la variedad de alimentos que forman parte de tu dieta. Ten en cuenta que tu cuerpo necesita energía y también vitaminas y minerales para tener buena salud. Los alimentos nutritivos te ofrecen vitaminas y minerales en adición a darte energía, sin embargo los alimentos que son considerados no saludables o poco saludables regularmente tienen gran cantidad de calorías (energía) pero tienen poco valor nutritivo.

Algunos alimentos saludables que deberías incluir en tu dieta son:

  • Frutas frescas y vegetales: Son ricas en fibra, vitaminas y minerales. Una manera de incrementar tu consumo de frutas y vegetales es de comerlas entre comidas como snacks.
  • Productos lácteos: Ofrecen proteína y calcio en tu dieta. Los productos lácteos normales contienen grandes cantidades de grasas y calorías, por ello deberías escoger productos lácteos que son bajo en grasas o sin grasa. Si no eres capaz de comer productos lácteos, puedes obtener el calcio que necesitas a través de otras fuentes nutritivas tal como semillas de sésamo, brécol, espinacas, higos, leche y productos de soja como tofu...etc
  • Carnes, pescado, legumbres, nueces, almendras y huevos: Son alimentos con un alto contenido de proteínas, vitaminas, y minerales los cuales ayudan a formar los músculos y a mantener el cuerpo fuerte. De nuevo aquí es recomenadable buscar las opciones bajas en grasas.
  • Cereales y semillas, pan, pasta, arroz y vegetales ricos es hidratos como las patatas: Estos alimentos proporcionan energía, fibra, vitaminas, y minerales. Un buen hábito alimenticio consiste en introducir en nuestra dieta el consumo de cereales enteros (naturales).

Además de aumentar la variedad de alimentos que forman parte de tu dieta, aquí tienes algunos consejos alimenticios que contribuirán a equilibrar tu dieta y a que tu organismo aproveche mejor los alimentos:

  • Elimina ideas erróneas sobre la alimentación: Por ejemplo, pensar que la cena debe ser eliminada, o que es mejor no comer si no se tiene hambre es falso. Las tres comidas son igualmente importantes e incluso se recomienda ingerir alimentos saludables entre comidas.
  • Desecha la idea de que sólo las delgadas son felices: Estás totalmente equivocada si piensas que sólo las personas delgadas son amadas por los demás. Ama a las personas por quienes son, y no las critiques ni alabes por su peso.
  • Fomenta la interacción familiar: Evita comer frente a la televisión, leyendo, trabajando o con otras distracciones.
  • Promueve un buen ambiente: Durante las comidas mantén siempre conversaciones amenas y no permitas que la comida sea la hora de las quejas o las agresiones.
  • Come si tienes hambre: No utilices la comida para controlar tus emociones negativas como el enojo, ni positivas como la felicidad. Aunque el dicho dice que ‘las penas con pan son menos’ lo cierto es que el pan no ayuda a resolver los problemas.
  • Acostúmbrate a comer lentamente: Mastica cada bocado al menos 20 veces, así comerás menos, saborearás más los alimentos y facilitarás tu proceso digestivo.
  • Evita el consumo de comidas rápidas: Las pizzas, hamburguesas, patatas, pollo frito, etc., son muy altas en contenido de grasa y sal.
  • Limita tu consumo de alimentos con azúcar: El azúcar no es nutritiva, no aporta nada más que calorías, contribuye a la obesidad, a la diabetes y a las caries dentales, y usualmente se encuentra en alimentos altos en grasa.
  • Fomenta los buenos hábitos de alimentación en tu familia e intenta modificar los que sean incorrectos, mediante una alimentación saludable y equilibrada, así disminuirás el riesgo de sufrir enfermedades.

(Fuente: Alimentación Sana & Esmas.com )


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